miércoles, 2 de junio de 2010

Salud y Programas

Introducción

La semana pasada revisamos de manera general qué son las políticas públicas y su relación con el sistema de servicios de salud que existe actualmente, esta semana nos enfocaremos al papel que han jugado estas políticas públicas en la creación de nuevos servicios de salud como son el programa Oportunidades y el Seguro Popular.

Dentro de un marco en el que la pobreza, la desigualdad y la marginación tienen un fuerte impacto en todas las sociedades, los gobiernos han desarrollado una serie de programas y proyectos enfocados a bajar los índices de pobreza, dentro de esta lógica durante muchos años el corte de estas acciones fue primordialmente asistencialista, es decir, otorgaban “apoyos” sin, por decirlo de alguna manera, pedir nada a cambio.

Este tipo de acciones que tratan de “resolverle” la vida a la gente entregando despensas, apoyos para vivienda, para la producción agrícola, en los que no se pide el apoyo constante de las personas beneficiadas únicamente mantienen el sistema de relaciones de pobreza y marginación, ya que las personas se acostumbran a “nada más pedir”.

En un intento por acabar con esta lógica asistencialista se han comenzado a crear diversos programas que para su funcionamiento necesitan del compromiso de los beneficiados, ya sea realizando trabajos comunitarios, asistiendo a su reuniones, mandando a sus hijos a la escuela; en términos generales la nueva visión de estos programas es otorgar apoyos a quienes lo necesitan pero con el compromiso del beneficiado de “ayudarse a sí mismo”.

Es precisamente dentro de esta nueva propuesta de proyectos que buscan ayudar a las familias de menores ingresos a integrarse de manera más equitativa a la sociedad, que surgen las dos propuestas que analizaremos en esta ocasión.

Oportunidades

Este programa surge en el marco de las reformas institucionales que se realizan en el sexenio del Presidente Fox, el antecedente directo de este programa es Progresa; siempre que revisemos los programas institucionales tenemos que tomar en cuenta que no surgen de la nada, que tienen antecedentes a partir de los cuales ya se ha trabajado.

Así, las finalidades de ambos programas son las mismas, la forma de trabajo es la que cambia; en este intento por evitar el asistencialismo y hacer partícipes a los beneficiarios de su desarrollo, es que surge Oportunidades, como un programa que tiene por finalidad promover el desarrollo de las capacidades de las personas y romper con la transmisión intergeneracional de la pobreza.

Como podemos ver, la finalidad del programa habla de una participación activa del beneficiario en el mejoramiento de sus condiciones de vida, esa es la diferencia entre estos nuevos programas de apoyo y los anteriores, la necesidad de la participación de la población en su propio beneficio.

Para lograr este objetivo se manejan tres líneas esenciales, educación, salud y nutrición, que a su vez están interrelacionadas con otras áreas gubernamentales, ya que se considera que el trabajo interinstitucional es un factor de suma importancia para la superación de la pobreza, partiendo de que este fenómeno es multifactorial (como hemos visto en clases pasadas) y afecta de manera general las capacidades de la población. Véase la imagen el circulo Vicioso de la Pobreza.

La pobreza sigue siendo uno de los grandes retos a superar en el país, por lo que elevar las condiciones de vida de la población, particularmente de las familias más pobres, es uno de los grandes compromisos del gobierno. Existe coincidencia en todos los sectores del país sobre la magnitud e importancia de la tarea relacionada con la superación de la pobreza y el reconocimiento de que el entorno actual, de importantes transformaciones sociales, económicas y políticas, es propicio para establecer bases firmes que permitan avanzar en la superación de estos rezagos.

De esta manera, el círculo vicioso de la pobreza se convierte en una red compleja de factores que atrapa a los individuos impidiéndoles mejorar sus capacidades o acceder a la estructura de oportunidades en igualdad de condiciones respecto al resto de la población.

Es precisamente para ayudar a evitar que además de la pobreza, la marginación sea un factor que impacte en la posibilidad de las personas a acceder a la satisfacción de sus necesidades básicas, que ser crea el programa Oportunidades, con la consigna de trabajar sobre las tres áreas anteriormente mencionadas: educación, salud y nutrición, considerando que son éstas las que hay que apoyar en la búsqueda de una disminución de la pobreza nacional.

En lo que respecta a la educación se considera que: el acceso a la educación es uno de los factores que contribuyen a igualar las oportunidades, al proveer a los niños, niñas y jóvenes de los recursos esenciales para desarrollar las capacidades que les permitan superar su condición socioeconómica y salir del círculo vicioso de transmisión intergeneracional de la pobreza, propiciando así su movilidad social y la de sus familias.

En función de ello se trabaja con estas tres líneas de acción:

· Otorgar becas educativas y apoyos para la adquisición de útiles escolares en los grados de mayor deserción escolar.

· Fomentar la participación corresponsable de los estudiantes y padres de familia.

· Promover acciones para mejorar el acceso a los servicios educativos con calidad.

En lo corresponde a la nutrición, la población que vive en condiciones de pobreza enfrenta mayores niveles de desnutrición que el resto de la población, sobretodo entre los niños pequeños y las mujeres en edad reproductiva. Desde las edades tempranas, la presencia de desnutrición imprime rasgos irreversibles que se expresan en una merma sobre el desarrollo de los niños. La baja estatura y bajo peso de los niños, la disminución en la capacidad de respuesta del organismo ante las enfermedades, el deterioro en la capacidad para la actividad física y para el aprendizaje, son algunas de las consecuencias de la malnutrición.

Las líneas de acción para evitar los efectos de la mala nutrición son:

· Brindar apoyos directos para mejorar la alimentación

· Otorgar suplementos alimenticios a los grupos más vulnerables

Finalmente en lo que corresponde a la salud, que lo que nos interesa para este caso, hay que comenzar considerando que, las manifestaciones de la pobreza en las condiciones de salud se expresan en:

· La imposibilidad de acceder a servicios de salud en un medio en donde prevalecen las condiciones de insalubridad y desnutrición, y la ausencia de una cultura de salud preventiva que hace más difícil encarar las enfermedades.

· Las infecciones comunes y las enfermedades relacionadas con la nutrición y la reproducción continúan siendo los padecimientos de mayor ocurrencia entre la población pobre del país.

· El impacto de las desigualdades de género que observa en el contexto de la pobreza y la salud, sobre todo en las cuestiones reproductivas.

Los problemas de salud en los hogares con pobreza de capacidades están muy relacionados con la falta de acceso a los servicios de salud, así como a su propia vulnerabilidad, por lo que a partir de esta situación es necesario brindarles acceso a estos servicios y promover el incremento en la calidad de los mismos. Para ello se proponen las siguientes líneas de acción:

· Fomentar la salud preventiva mediante la acción corresponsable de las familias.

· Brindar comunicación educativa en materia de salud, nutrición e higiene.

· Promover acciones para mejorar el acceso a los servicios de salud con calidad.

Para poder llevar a acabo estos objetivos, se impulsan una serie de actividades como son las pláticas de temas de salud, las consultas de prevención y seguimiento de enfermedades, filiación a los servicios de salud comunitarios como son los centros de salud regionales, atención de primer nivel y acceso a medicamentos gratuitos del cuadro básico.

Finalmente, las condiciones de educación, salud y alimentación en que se encuentra la población más pobre del país, así como las escasas oportunidades que tienen para acceder a una vivienda digna, acceder a mecanismos de crédito, emprender actividades productivas, recibir capacitación o contar con un empleo estable, obstaculizan el adecuado desarrollo de las personas e impiden que participen plenamente en la sociedad.

El objetivo final del programa es superar la situación de precariedad que les impide valerse por sus propios medios requiere del esfuerzo conjunto de gobierno y sociedad. Oportunidades se enfoca en tres aspectos relativos al funcionamiento de las personas que resultan fundamentales para el desarrollo humano integral: la adecuada nutrición, la posibilidad de escapar de las enfermedades prevenibles y la mortalidad prematura, así como el acceso a la educación.

Seguro Popular

Dentro de la misma lógica del programa Oportunidades, pero con objetivos y líneas de acción diferentes está el Seguro Popular; como revisamos la clase pasada, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), son creados con la finalidad de proveer servicios de salud y pensiones para los trabajadores asalariados.

En el marco de la sociedad actual, el 57.8 por ciento del total de la población del país no está asegurada por alguna institución de seguridad social, lo cual atenta contra el derecho a la salud que nos está garantizado constitucionalmente.

El no tener acceso a un servicio público de salud implica que la población en la mayoría de los casos posterga e incluso deja de atenderse por el alto costo que el tratamiento involucra y los limitados recursos económicos de que disponen. Este amplio sector de no asegurados se encuentra en mayor riesgo de empobrecimiento por gastos en salud.

Esto quiere decir, que las enfermedades que pueden ser curables o prevenibles siguen siendo un problema de salud pública por la falta de acceso que tiene más de la mitad de la población mexicana a un servicio de salud que pueda costear; esto en términos más generales también representa un problema de acceso y exclusión.

En este contexto surge el Seguro Popular cuyos objetivos son:

1.- Brindar protección financiera a la población que carece de seguridad social a través de la opción de aseguramiento público en materia de salud.
2.- Crear una cultura de prepago en los beneficiarios del Seguro Popular.
3.- Disminuir el número de familias que se empobrecen anualmente al enfrentar gastos de salud.

Nuevamente aquí vemos como queda previsto que el beneficiario no sea pasivo dentro del proceso de atención, sino que tiene un compromiso de pagar por el servicio que recibe dentro de sus posibilidades, es por ello que se plantea la cuestión de una cultura de prepago, mismo que será definido dentro de las posibilidades de pago de cada familia.

Dentro de los servicios del Seguro Popular se contempla la atención de primer nivel y la prevención de enfermedades, así como el acceso gratuito a los medicamentos del cuadro básico.

Finalmente el Seguro Popular surge dentro del marco del Programa Nacional de Desarrollo 2007-2012, dentro del cual se considera que cada mexicano, sin importar su lugar de origen y el ingreso de sus padres, debe tener acceso a oportunidades formación y realización de sus capacidades para poder ser miembro activo y productivo de la sociedad; de tal forma se establecen cinco objetivos:

1. Mejorar las condiciones de salud de la población.

2. Brindar servicios de salud eficientes, con calidad y seguridad para el paciente.

3. Reducir las desigualdades en los servicios de salud mediante intervenciones localizadas en comunidades marginadas y grupos vulnerables.

4. Evitar el empobrecimiento de la población por motivos de salud mediante el aseguramiento médico universal.

5. Garantizar que la salud contribuya a la superación de la pobreza y al desarrollo humano en el país.

Conclusiones

Como revisamos desde la clase pasada, las políticas públicas son un reflejo de lo que el gobierno considera prioritario, desde hace aproximadamente diez años se ha considerado de vital importancia proveer a la población en general de las mismas posibilidades de acceder a los servicios básicos como son salud, educación, vivienda, etc.

Esto dentro de una lógica en la cual prevalece la importancia de superar la pobreza, la marginación y la exclusión en los grupos vulnerables, ya que se considera un elemento esencial para el desarrollo de los países el contar con un acceso equitativo a los servicios básicos, sobre todo salud y educación.

Partiendo de estos dos ejes centrales se prevé que mientras mayor población tenga acceso a estos servicios mayores serán sus capacidades de integrarse de manera activa y productiva a la sociedad, por lo tanto se generarán procesos de desarrollo.

Finalmente es importante recordar que lo que distingue a estos programas de los anteriores es el grado de participación de los beneficiarios, en un intento por acabar con el asistencialismo y el paternalismo, se integra el nuevo elemento de la participación activa de la población para la consecución de su desarrollo.

Bibliografía

· Programa Institucional Oportunidades 2002-2006, México, Secretaría de Desarrollo Social

· www.oportunidades.gob.mx

· www.seguro-popular.salud.gob.mx

Salud y Políticas Públicas

Introducción

Comenzamos con la quinta y última unidad del programa, esta unidad corresponde a la temática de la salud y las políticas públicas vistas desde la óptica de la sociología.

De esta manera, cabe recordar una vez más que el proceso de salud-enfermedad-salud no puede ni debe ser entendida como una cuestión física y biológica únicamente, sino como una cuestión en la intervienen varios factores sociales y culturales.

En esta ocasión abordaré un elemento diferente: una cuestión que compete al ámbito político, concretamente, a la política pública y su relación con la salud.

Fiel a lo que hemos estado realizando durante este curso, comencemos por definir qué se entiende por política pública. Cuando hablamos de política social, nos referimos a la labor que desarrolla el gobierno para atender, de manera estructurada, organizada, etc., el conjunto de problemas y problemáticas que se presentan en la sociedad que gobierna.

Así pues, tenemos que una de las obligaciones básica que debe cumplir todo gobierno, consiste en resolver problemas trascendentales como son educación, salud, vivienda, empleo, servicios básicos; para atender estas demandas sociales se diseñan y se implementan lo que se conoce como políticas públicas, que son las acciones que realiza el gobierno con la finalidad de resolver estas problemáticas.

Desde otro punto de vista, las políticas públicas son definidas como las decisiones de acción de un gobierno. De esta manera, pueden existir diversos problemas sentidos por la sociedad pero que el gobierno, por distintas razones, no considera como algo prioritario para su atención. Este punto de vista se verá reflejado en el tipo de política pública que desarrollará dicho gobierno.

Así, podemos decir que en lo que corresponde a las acciones gubernamentales en cuanto a política pública, hay una relación directa entre los diferentes contextos sociales y culturales y los problemas que son de importancia en un momento determinado.

Por ejemplo, actualmente es de suma importancia las cuestiones de sustentabilidad y medio ambiente, por ello se han comenzado a desarrollar una serie de políticas públicas enfocadas en crear instancias, procesos y cambios que ayuden a una sustentabilidad. Esto hace algunos años no era políticamente relevante, por lo tanto no había reflejo de esto en las políticas públicas.

Si la semana pasada hablamos de vulnerabilidad, la diferenciación de género y la serie de problemas y problemáticas relacionadas con la salud, la labor de las políticas públicas y de otras instancias (organismos civiles, Organizaciones No Gubernamentales, etc.) consiste en brindarles la atención que precisan.

¿Cómo fue surgiendo la labor de las políticas públicas?

Considero importante hacer una pequeña revisión histórica de la política pública en cuanto a salud, ya que dependiendo del momento histórico hubo diversos intereses que se reflejaron en la creación de las diversas instituciones de salud que conocemos hoy en día, cuestión que abordaré a continuación.

Pequeña síntesis histórica

Si bien a lo largo de nuestra historia se han hecho esfuerzos orientados a atender los problemas de salud de la población, no fue sino hasta 1983 que se eleva a rango constitucional el derecho a la protección de la salud de todos los mexicanos. Esto dentro del marco de la Declaración de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Antes de este momento los diferentes esfuerzos por el cuidado de la salud social estuvieron relacionados con la solución de problemas que se iban presentando.

Antes de la independencia de México, durante la época de la Colonia, los cuidados a la salud no eran públicos, sino que se manejaban a manera de instituciones de asistencia y beneficencia, los primeros hospitales fueron creados y manejados por el clero, aquí es importante recordar la importancia que tuvo el clero en la época colonial.

Ya en el México independiente, durante el gobierno de Benito Juárez se hicieron las reformas que conllevaron a la secularización de los bienes del clero, es decir, se expropiaron los bienes del clero y éstos pasaron a manos gubernamentales; fue así que los centros de asistencia y beneficencia comenzaron a ser manejados por el estado. En 1862 se crea la Dirección de Beneficencia Pública, que era la encargada de vigilar el adecuado funcionamiento de los centros de asistencia y beneficencia pública.

Se puede decir que este es el primer acercamiento real con un modelo público de salud, pero el problema con estos centros fue que el control de los mismos era centralizado, es decir, dependía directamente de instancias federales, por lo que hubo una concentración de servicios de salud en la capital del país por lo que produce un desequilibrio entre los servicios prestados en la ciudad de México y el resto del país.

Durante el siglo XIX y principios del XX, no se concebía un sistema público de prestación de servicios de salud. La función del gobierno en la materia se limita a ejercer acciones de control epidemiológico, primordialmente en puertos y fronteras. La asistencia social, ámbito de los servicios de salud, se manifiesta en acciones aisladas y coyunturales. (Yáñez 2000: 20)

En esta etapa la labor gubernamental en cuanto a salud tiene mucho de causal, es decir, más que actuar de manera preventiva, actuaba para solucionar los problemas que se iban presentando, cuando había epidemias o hambrunas, por ejemplo, pero por esto mismo sus acciones eran desarticuladas y no había un plan de acción nacional que promoviera el cuidado de la salud.

Fue hasta después de la Revolución con la Constitución de 1917, que se trató el tema de salud como una obligación del estado hacia la sociedad, esto se debe a que en este momento histórico era de suma importancia que el estado fuera proveedor y satisfactor de las necesidades sociales.

Recordemos que al momento de la Revolución imperaba un sentimiento de descontento por parte del pueblo hacia sus gobernantes, los cuales hasta ese momento se habían mantenido desarticulados de la realidad de su pueblo; así es por ello que fue de vital importancia replantear el papel del estado frente a las necesidades de sus gobernados.

El Constituyente de 1917 establece para el Estado mexicano la responsabilidad de promover las transformaciones para conseguir los propósitos de la sociedad. Bajo este marco se forjan instituciones que dan respuesta al reclamo de la salud. (Yáñez, 2000: 21)

Así se crean dos instancias: el Consejo de Salubridad General, que actuaba en el plano nacional, es decir, era el equivalente a la Secretaría de Salud actual y de él dependían los estados, y el Departamento de Salubridad, que actuaba en el plano local-estatal.

Pero no fue sino hasta los años treinta que se crea la Oficina de Servicios Coordinados de Salubridad en los Estados, ya que a pesar de los esfuerzos anteriores seguía existiendo una gran diferencia entre los servicios prestados en la capital del país y al interior de los estados. Así la Oficina de Servicios Coordinados se crea con la finalidad de, mediante convenios entre el Departamento y los gobiernos estatales, poner en práctica una política sanitaria general en todo el país, al aplicar principios técnicos homogéneos y uniformar los procedimientos.

En 1937 se crea la Secretaría de Asistencia Pública, que tiene a su cargo la organización de la asistencia pública en todo el territorio nacional, la prestación de servicios coordinados y la creación de establecimientos de asistencia pública. (Yáñez, 2000: 24) Y es a partir de este momento que se convierte en una preocupación gubernamental el organizar y proveer de servicios públicos de salud para su población.

Este es un buen momento para hacer una reflexión respecto al papel que jugó el estado hasta este punto con respecto a la salud; como hemos venido revisando, dependiendo de los contextos hay una serie de factores de impactan en la salud, en este caso para los contextos históricos y políticos de México, antes de los años cuarenta la salud no era vista como elemento prioritario y las acciones gubernamentales se centraban en la solución de problemas conforme se iban presentando.

Esto se puede notar incluso en el uso de la palabra salubridad, no se habla de salud ni de prevención; al hablar de salubridad se observa de manera general las condiciones necesarias para tener buena salud, sobre todo lo que tiene que ver con la limpieza; como podemos observar el principal problema a resolver durante este período era crear las condiciones necesarias para el mantenimiento de la salud.

Así, fue hasta principios de los años cuarenta, en el marco de las luchas sindicales y de un proceso económico que se conoce como sustitución de importaciones, mediante el cual se pretendió que México fuera un productor industrializado, para ello se elaboró una estrategia en la cual por medio de las barreras a la importación y promoviendo las inversiones en la industria nacional se podrían satisfacer las necesidades con productos nacionales, creando así un mercado interno fuerte.

Para ello era de vital importancia pasar de ser un país agrícola, es decir, cuya principal producción provenía del campo, a ser un país industrial; con la finalidad de lograr estos objetivos se planea la necesidad de crear algún sistema de beneficios para los trabajadores industriales, es así que surge en Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

En 1943 la Ley del Seguro Social entra en vigor, cumpliendo con lo establecido en el artículo 123 (Toda persona tiene derecho al trabajo digno y socialmente útil; al efecto, se promoverán la creación de empleos y la organización social para el trabajo, conforme a la ley) con el fin de establecer la forma de brindar protección a los trabajadores y a sus familiares derechohabientes. (Yáñez, 2000: 27)

Es a partir de este momento en que se comienza a concebir la salud como un elemento esencial para el desarrollo del país, se establecen directrices tendientes a utilizar la salud pública como uno de los recursos para el desarrollo de México, basándose en el mejoramiento de las condiciones de vida de todos sus habitantes, por lo tanto, la salud pública pasa a ser un elemento activo de progreso, un medio de superación y conservación de la salud y lo que es más importante, un factor de desarrollo económico.(Yáñez 2000: 29)

Por su parte, en 1959 se crea el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), con la finalidad de mejorar la calidad de vida de los servidores públicos y sus familias.

El concepto de salud que se aplica en el período de 1964 a 1970, es el del equilibrio biológico, que permite al individuo gozar de mayor protección y el logro del más alto bienestar personal y colectivo. Finalmente se considera a la salud como un fenómeno se relaciona con la calidad de vida del los individuos y que por lo tanto afecta a toda la sociedad en su conjunto, por lo tanto ahora es más claro por qué el proveer instancias para el cuidado de salud es una obligación del estado.

Finalmente, el 15 de abril de 1980 se aprueba el Plan Global de Desarrollo 1980-1982, donde se define a la salud como “un estado de completo bienestar físico, mental y social y no solamente como la ausencia de enfermedad o dolencia”. Gozar del nivel más alto de salud posible, constituye uno de los derechos fundamentales de todo ser humano, sin distinción de raza, religión, creencia política, condición económica o social. (Yáñez, 2000: 39)

Esto como ya mencionamos anteriormente, en el marco de la Declaración de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, en cuyos acuerdos se menciona que la promoción y protección de la salud del pueblo es indispensable para un desarrollo económico y social sostenido, contribuye a mejorar la calidad de vida y es un estímulo para alcanzar la paz mundial.

En la actualidad, el reconocimiento constitucional del derecho a la protección de la salud supone la creación de medios jurídicos y administrativos adecuados, así como modificaciones a otros ordenamientos legales para asentar las bases del Sistema Nacional de Salud conforme al Programa Sectorial de Salud que se establezca de acuerdo al Plan Nacional de Desarrollo, con el propósito de lograr que las instituciones que dan asistencia social reúnan en un solo programa sus acciones y que recoja y encause los planteamientos de los programas institucionales. Al establecer el derecho a la protección de la salud se procura cumplir, entre otros, el siguiente objetivo:

· Promover el bienestar físico y mental del hombre para lograr un pleno desarrollo personal mediante el mejoramiento de la calidad de vida por medio de la prestación de servicios de salud y asistencia social a toda la población.

Yañez señala que para lograr esto, es necesario concienciar a la población de tomar actitudes responsables en la preservación y conservación de la salud, así como respetar y dar apoyo a las medidas que se tomen a favor del mejoramiento de las condiciones de salud, para de esta forma contribuir al desarrollo social.

Algunas conclusiones

Históricamente hay antecedentes sobre algunas formas de satisfacer las necesidades de atención a la salud y, en general, sobre los principios de protección y bienestar sociales. Todos ellos forman parte de un modo de desarrollo, articulado con otros aspectos de la vida social que determina sus logros y alcances.

En la actualidad se reconoce a la salud como una de las condiciones fundamentales para acceder a la igualdad de oportunidades sociales, conjuntamente con la educación. Se considera que sólo los individuos sanos pueden generar un mejor trabajo y riqueza social. La salud, por tanto, constituye parte del capital humano que determina la viabilidad y calidad de superviviencia de un país.

Y es precisamente en este contexto en el que nos encontramos actualmente; habiendo creado las instituciones de salud básicas para el desarrollo de un plan de salud que abarca la prevención, cuidado y mantenimiento de la salud, ahora es de vital importancia agregar a este sistema a los grupos que por alguna razón quedaron fuera de él, como los campesinos y trabajadores irregulares sin acceso al seguro social.

Es así que se crean los programas como Oportunidades y Seguro Popular, mismos que revisaremos la clase entrante, por lo pronto es importante que tengamos muy en cuenta que el contexto histórico-político en este caso fue de vital importancia para el desarrollo de los aparatos e instituciones de salud que tiene México en la actualidad y será de vital importancia para comprender la creación de programas como los anteriormente mencionados.

Bibliografía

· Diccionario de Economía y Finanzas, Universidad de Málaga.

· Instituto de Investigaciones Jurídicas, UNAM.

· Yañez Campero, Valentín (2000), La administración pública y el derecho a la protección de la salud en México, México, Instituto Nacional de Administración Pública.

Grupos vulnerables, género y salud

Introducción

Ya casi terminamos el curso, nos falta muy poco. Si ustedes se dan cuenta, en estas últimas partes del curso estamos tratando de mostrarles, a través de los textos de trabajo la aplicabilidad que tiene la sociología en el ámbito de la salud. Es decir, que la sociología no es sólo rollo, sino una manera diferente y profunda de ver y sentir la sociedad así como los problemas y fenómenos que en ella se presentan.

Al desarrollar, como ustedes lo han hecho en sus diferentes tareas y trabajos, este punto de vista profundo, regularmente se descubre y se encuentra que las explicaciones e interpretaciones de los problemas, las problemáticas y los fenómenos sociales, tienen un origen no tan agradable. En eso nos quedamos la semana pasada cuando empezamos a hablar de la desigualdad y de la exclusión.

Como ustedes recordarán, señalamos que la exclusión social tiene consecuencias en muchas áreas y ámbitos: trabajo, vivienda, salud, educación, acceso a los servicios del Estado, etc. En general, tiene implicaciones en todas las dimensiones que hacen posible la calidad de vida de las personas de forma cotidiana.

Igualmente revisamos las relaciones entre pobreza, marginación y exclusión, fenómenos que suelen ser utilizados como sinónimos, pero que no lo son, ya que cada uno tiene representaciones muy específicas y que se relacionan entre sí.

Por su parte, la pobreza hace referencia a la imposibilidad de obtener los satisfactores materiales necesarios para la vida, como alimentación, vivienda, vestido, etc. En cambio, la marginación hace referencia a la falta de acceso a algo, por ejemplo, la falta de acceso a la educación de los migrantes que no hablan la lengua del lugar donde llegan a vivir. Vale la pena recalcar que la marginación no sólo tiene que ver con la pobreza en términos de recursos, sino que hace referencia al no-acceso.

Finalmente la exclusión se relaciona con el estar fuera de, en todos los sentidos. Este concepto nos habla de la falta de relación de unos grupos con el resto de la sociedad. La exclusión se caracteriza por el hecho de que un sector de la sociedad rechaza a otro y otros grupos, es decir, tiene que ver con formas de vida y conductas que la mayoría de la sociedad considera indeseables.

Esta semana retomaremos algunos de estos conceptos para hablar lo que se conoce como grupos vulnerables, en primera instancia, y algunas cuestiones de género que se relacionan con estos conceptos, en segunda.

Grupos vulnerables

Empecemos con algunas definiciones. Vale la pena pedirles que estén atentos a la exposición que haré porque en ella (es decir, en la exposición) está presente la manera en la cual se aborda el estudio de estas cuestiones desde la sociología y su impacto en el proceso de salud-enfermedad-salud.

La vulnerabilidad es entendida como un conjunto de factores socio-económicos, socio-culturales, político-administrativos, sanitarios e individuales que hacen a las personas y grupos sociales más susceptibles de contraer enfermedades. De esta manera, por las implicaciones que tienen, la exclusión y la extrema pobreza actúan como factores decisivos a la hora de contraer o de agravar algunas afecciones.

La vulnerabilidad siempre implica que la persona tiene que ser vulnerable [puede ser herido o recibir alguna lesión física o moral] a alguna circunstancia: a ser atacado, a pasar hambre, a caer enfermo, a morir, etc., es decir, se trata de un término asociado al sufrimiento o expresado de otra manera, a cualquier situación en la existan personas con carencias críticas. Así, en todo lugar y momento en el que se producen situaciones de riesgo, las personas vulnerables son las que tienden a sufrir. (Estébanes, p. 65)

Siguiendo el concepto multicausal (es decir que para su explicación y análisis habrá que tomar en cuenta muchas y diversas causas) y dinámico (es decir que habrá que tomar en cuenta en qué circunstancia y contexto social y cultural se está hablando) de la salud, se han tratado de agrupar aquellas condiciones de vulnerabilidad que presentan los diferentes grupos sociales a través de indicadores, mismos que están interrelacionados y explican la situación de vulnerabilidad:

1. Indicadores de vulnerabilidad relacionados con los factores que determinan el nivel de vida (características socioeconómicas, administrativas, legales y ambientales);

2. Indicadores relacionados con las características biológicas, las creencias y los indicadores del individuo;

3. Indicadores que muestran la vulnerabilidad individual según el grado de acceso y uso de los servicios de atención en salud;

4. Indicadores de vulnerabilidad psicosocial que determinan el grado de socialización, nivel de integración y / o la participación social.

Así, se considera persona o grupo vulnerable a aquellos en donde se presenten al menos alguno de los indicadores antes mencionados.

Con base en lo anterior, se puede señalar que en cada sociedad pueden existir distintos grupos vulnerables, pero de manera general se han establecido algunos que son una constante: los niños, los adultos mayores, mujeres, las llamadas minorías étnicas, minorías sexuales y minorías sociales (alcohólicos, drogadictos, prostitutas, personas que viven en la calle).

Los grupos mencionados anteriormente se consideran grupos vulnerables porque su limitada capacidad de acción y debido a que la toma de decisiones está delimitada por las dependencias, es decir, dependen de algo o de alguien.

Para ayudar a comprender mejor, los niños son grupos vulnerables porque en su calidad de menores de edad dependen de sus padres o tutores, por lo tanto “no pueden” tomar decisiones por sí mismos, ya sea en cuestiones de salud, educación, etc.

Los adultos mayores son grupos vulnerables más o menos por razones semejantes a la situación de los niños, aunque en este caso no es su incapacidad para tomar decisiones, sino su dependencia económica lo que los limita.

Las mujeres son consideradas grupos vulnerables porque tradicionalmente son dependientes económicamente de su pareja, y en la mayoría de las sociedades siguen siendo tratadas como menores de edad, no tienen poder de influencia real respecto a las decisiones al interior del hogar. Cabe señalar que estas situaciones están cambiando profundamente a un ritmo acelerado (más adelante trataremos algunas de estas cuestiones).

Finalmente las minorías, tanto étnicas, sexuales y sociales, son consideradas grupos vulnerables porque sus formas de vida son distintas de las del resto de la sociedad y por lo tanto son sujetos de discriminación.

En términos generales lo que caracteriza a los grupos vulnerables es precisamente su vulnerabilidad, es decir, que ante cualquier situación que se presente están “predispuestos” a sufrir las consecuencias.

Es importante recalcar aquí que cada grupo social puede ser vulnerable dependiendo de qué estemos hablando, por ejemplo, los hombres son más vulnerables a las muertes violentas y por accidentes, esto tiene una relación directa con sus formas de vida.

Así cada grupo tiene sus “vulnerabilidades”, aunque de manera general se han considerado como prioritarios a algunos indicadores y factores que están presentes en todas las sociedades y en los diferentes grupos sociales, debido a las constantes repercusiones de esta vulnerabilidad en su calidad de vida y acceso a los servicios.

Género y salud

El género es uno de los grandes factores que determinan la salud, la enfermedad y la muerte de los individuos, junto con otros como la clase social y el origen étnico.

La división social de género adscribe a hombres y mujeres oportunidades, roles y responsabilidades diferentes y específicas para cada uno.

La división social de género establece para los hombres y las mujeres papeles, funciones, prácticas y relaciones sociales entre ambos y para ambos; se sustenta generalmente en una situación desigual que se construye a través de la intervención (explícita –es decir de manera clara y abierta- y/o implícita –es decir sin querer queriendo-) de las instituciones sociales (familia, estado, iglesia).

No obstante, en la división social de género también influyen una serie de elementos culturales: sistemas simbólicos que están presentes en las diferentes formas de lenguaje, en las costumbres y ritos, los sistemas de normas y valores, así como en las identidades que sirven de base para organizar nuestras formas de pensar, sentir y relacionarnos.

Así mismo, esta situación tiene impacto en la diferenciación de los patrones de salud y enfermedad: de acuerdo con el sexo, hombres y mujeres experimentan diferencias en sus ciclos de vida y en los diferentes patrones de enfermedad.

Por otra parte, la perspectiva de género nos descubre un mundo en el que lo masculino y lo femenino no se encuentra determinado solamente por la biología, sino por la cultura, es decir por procesos de diferenciación e inequidad que cruzan nuestras culturas y que determinan lo que “corresponde” a las mujeres y lo que “corresponde” a los hombres.

Esta situación tiene hondas raíces. Cada persona se ve inmersa en un determinado proceso de educación y socialización, en el que desde el momento de nacer predomina, en mayor o menor medida, la diferenciación por género.

Los hombres y las mujeres son (¡somos dijo el otro!) socializados de manera diferente, lo que implica tener un acceso desigual a los recursos y afrontar diferentes y de manera distinta una serie de riesgos, retos y problemáticas

Cuando hablamos de la relación con el proceso salud-enfermedad-salud tenemos que también existe una amplia gama de situaciones dignas de tomar en cuenta todo el tiempo.

Así, vivir con la diferenciación de género tiene diferentes implicaciones concretas pues las representaciones que incorpora la cultura actúan con fuerza y contundencia en la salud de hombres y mujeres; por ejemplo:

· ¿Cuántos hombres con molestias que pueden ser síntomas primeros de lo que posteriormente pudiera resultar en cáncer de próstata permiten el desarrollo del tumor al no buscar ayuda y someterse a un tacto rectal?

· ¿Cuántas mujeres se ven impedidas o limitadas para tomar acciones preventivas contra el cáncer cérvicouterino o mamario por sus creencias en torno al cuerpo o la sexualidad, o por la oposición de sus maridos?

· Varios estudios han demostrado que las mujeres asisten más al médico y son atendidas con mayor frecuencia y tempranamente que los hombres.

· En el caso de los varones, la sobremortalidad por accidentes, enfermedad cirrótica del hígado y homicidios está ligada a comportamientos de riesgo culturalmente considerados masculinos.

· El cáncer cérvicouterino y de mama se ubican como las principales causas de mortalidad femenina, siendo que son enfermedades prevenibles y tratables.

· Las mujeres ven afectada su calidad de vida por padecer por más tiempo enfermedades crónicas y discapacidad, mientras que los hombres no tienen este problema porque su estilo de vida reduce su longevidad.

Como se puede apreciar, el género tiene un impacto diferencial en la salud de hombres y mujeres en algunas de las siguientes cuestiones: seguridad alimentaria, VIH/SIDA, tabaquismo, salud ocupacional, salud mental, enfermedades infecciosas y violencia; aunque siempre hay que tomar en cuenta que la problemática en torno al género y la salud no es homogénea en todas las regiones del planeta, ni al interior de los países, ni al interior de las comunidades, ni entre los diferentes grupos sociales, pues la condición de género varía en función del desarrollo económico, la cultura, la clase social, la etnia, el grupo de edad y la orientación sexual.

Tratemos de hacer una articulación de los temas que estamos analizando en esta ocasión.

La distribución de enfermedades, el acceso a los servicios médicos, la atención a la salud, las condiciones de salud y trabajo, así como la manera en como se perciben estos aspectos, son distintas para y entre hombres y mujeres. Por ejemplo, la enfermedad y la muerte de las mujeres están íntimamente relacionadas con su papel protagónico dentro de la reproducción biológica.

La capacidad reproductiva pone a las mujeres en una situación de mayor vulnerabilidad biológica que, aunada a las condiciones sociales y económicas, limitan su acceso al bienestar y a un mejor estado de salud. La mortalidad materna es un reflejo de esto.

La vulnerabilidad relativa al género es un destacado factor en el campo de las desigualdades referentes a la salud. En este sentido, la información que existe muestra de una forma seria y sistemática la desventaja que supone pertenecer al género femenino… las mujeres se muestran más vulnerables ante ciertos problemas de salud debido a las condiciones de desigualdad, inferioridad y sumisión que aún caracterizan al género femenino en casi todas las sociedades. Dicha desigualdad conlleva a un menor acceso a la información, los recursos y la educación que son los tres pilares de la promoción de la salud. (Estébanes, p. 72)

La equidad implicaría la actuación oportuna de los sistemas de salud, educativo y económico, en aquellas enfermedades que sean prevenibles, de acuerdo con las necesidades y condiciones propias de cada género, en relación con el panorama de morbilidad y mortalidad de un país, una sociedad o un grupo social y cultural.

Conclusión

A lo largo de esta unidad hemos venido revisando algunos aspectos sociales que impactan en la salud, en este caso revisamos algunas cuestiones de vulnerabilidad y género.

Evidentemente estos son temas muy amplios que podrían llevar un semestre completo, por ello es importante recordar que la idea aquí es dar un panorama general de los diversos factores sociales que tienen un impacto en la salud de las personas.

En este caso es importante reconocer las diferencias que se producen debido al acceso diferenciado a los satisfactores básicos necesarios, como son salud, educación, vivienda, etc., cada uno de los grupos sociales tiene derecho a ellos, pero no todos tienen un acceso real, ya sea por cuestiones de pobreza, marginación o exclusión.

Hay grupos que son una constante dentro de estas categorizaciones, uno de ellos son las mujeres, diversos autores proponen diversas explicaciones al respecto, la más común es la menor valoración de la mujer dentro de las sociedades.

Igualmente el papel reproductor de la mujer define muchas de sus “capacidades”, pongo capacidades entre comillas para hacer notar que las mujeres son definidas en base a su capacidad de ser madres, así sus actividades quedan determinadas por papel reproductor.

Resulta interesante que siendo las mujeres las que se ocupan de la salud de la familia sean las que más mueren de enfermedades prevenibles, varios autores que tratan de explicar este fenómeno lo relacionan a la poca valoración que dan las mujeres a su salud, cuidan la salud de todos menos la de ellas.

También es importante recalcar aquí que las cuestiones de género no sólo tienen que ver con las mujeres, sino también con los hombres, porque también sus formas de vida y comportamiento tienen un impacto en su salud, por ejemplo hay enfermedades “típicas” de los hombres, como el alcoholismo, y podemos encontrar explicaciones a esto desde la cultura, en que se nos enseña que los hombres “deben” beber, o ser sexualmente más activos, etcétera.

Evidentemente hablar de generalizaciones en estos temas es poco conveniente, pero hay comportamientos constantes alrededor del mundo, mismos que son tratados en los temas vistos con anterioridad.

Finalmente, recuerden que el objetivo de revisar estas temáticas es reconocer cómo los factores sociales impactan en nuestra salud para así poder idear mejores técnicas de prevención y atención de las enfermedades.

Bibliografía

· ESTÉBANES, Pilar (2002), Exclusión social y salud, balance y perspectivas, Barcelona, Icaria Editorial.

· González, Soledad (comp.) (1995), Las mujeres y la salud, México, El Colegio de México

· Keijzer, Benno (2003), “El género y el proceso de salud-enfermedad-atención”, Género y salud en cifras, I (3), pp. 3-7

· Pedrosa, Laura y Yanes, Mariana (2004), “Género, salud y equidad”, Género y salud en cifras, II (1), pp. 6-10

· Rico, Blanca y Pamplona, Francisco (2003), “Equidad y género en salud”, Género y salud en cifras, I (1), pp. 3-5